leonor.bernhard
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La presidencia húngara por turno del Consejo de la UE, que termina con el año, ha resultado fallida. El lema 'Hacer que Europa vuelva a ser grande', enarbolado por Viktor Orbán parafraseando a Donald Trump , no ha sido seguido, sino boicoteado por los socios europeos, y las constantes iniciativas unilaterales y prorrusas del presidente de Hungría han terminado en sí mismas. A partir de mañana, fecha en que toma el relevo Polonia, se espera que el Consejo recupere la normalidad. El primer ministro polaco, Donald Tusk , asume, sin embargo, el puesto condicionado por unas elecciones presidenciales que se celebrarán en mayo y que no le permiten alardes en materia migratoria y climática, por lo que centrará el semestre en asuntos menos controvertidos: el apoyo a Ucrania y la política en materia de seguridad y defensa.Polonia está construyendo una línea de defensa a lo largo de la frontera con Bielorrusia llamada 'Escudo Oriental', para la que desearía cofinanciación europea. Varsovia también participa en la Iniciativa Europea de Defensa Aérea Europea Sky Shield y el Gobierno de Tusk apoya los eurobonos para defensa, contra la opinión de Alemania y Países Bajos. Lleva meses reivindicando que la política de seguridad de Polonia y el flanco oriental de la OTAN se convierta en la política de toda la UE. «Debemos cultivar las relaciones con EE.UU., pero Europa debe independizarse, debe valerse por sí misma», resume sus intenciones, «hay que poner fin a la era del miedo y la incertidumbre hacia Rusia».Más sanciones contra RusiaA diferencia de Hungría, Polonia quiere adoptar una postura más clara contra Moscú y la embajadora polaca ante la UE, Agnieszka Bartol , ya ha anunciado un nuevo paquete de sanciones para el tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero. Después de que Bruselas diera luz verde para que Ucrania se una a la UE hace un año, Polonia quiere ahora iniciar negociaciones de adhesión.Noticia Relacionada estandar Si El petrolero ruso detenido en Finlandia iba «cargado completamente con equipo de espionaje» Rosalía Sanchez Denominan estas prácticas «guerra del fondo marino»Primero se podría abrir el capítulo sobre el Estado de derecho, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción, según ha adelantado el ministro polaco para Europa, Adam Szlapka . Kiev está presionando para que se entablen conversaciones sobre tantas áreas como sea posible, pero Varsovia se centra por el momento en apuntalar la presencia en la negociación del Gobierno de Kiev, para evitar que se convierta en un foro bilateral del que formen solamente parte Rusia y EE.UU. «Ucrania debe estar presente en todas las conversaciones; cada propuesta también debe ser aceptada por nuestros amigos en Kiev», defendió Tusk después de una reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron , el 12 de diciembre en Varsovia.Disputa comercialAdemás, Polonia quiere ayudar a desactivar la inminente disputa comercial con EE.UU. Bartol ha subrayado que el objetivo «no es una guerra comercial, sino buenas relaciones comerciales» con Washington. Polonia critica el acuerdo de libre comercio de la UE con Mercosur. Como país agrícola y al igual que Francia, teme pérdidas para sus agricultores debido a las importaciones más baratas de carne de vacuno y aves de corral procedentes de Argentina y Brasil. Para enfatizar la importancia de la agricultura, Varsovia ha elegido incluso una «fruta oficial» para su presidencia europea: la manzana.Tusk es considerado europeísta, al menos en comparación con la oposición conservadora y nacionalista de Ley y Justicia (PiS). Como expresidente del Consejo Europeo hasta 2019, encabezó numerosas cumbres europeas y acumuló valiosos contactos. Por eso ha presentado en Polonia los objetivos del semestre afirmando que «a mi nadie me puede engañar en Bruselas», donde sin duda se espera con impaciencia que Tusk sustituya a Orbán , dado que sus objetivos coinciden en mucho mayor grado con los de la Comisión Europea. Pero el jefe del Ejecutivo polaco estará lastrado este semestre por la campaña electoral de las presidenciales en las que se elegirá al sucesor de Andrzej Duda . Estos comicios influirán en la presidencia del Consejo, seguramente de forma similar a lo que ocurrió con la presidencia francesa en el primer semestre de 2022, e impedirán avances en materia migratoria. Polonia, al igual que Hungría, rechaza el pacto europeo de asilo, que se incorporará a la legislación nacional en 2026. Varsovia es particularmente crítica con el mecanismo de solidaridad para la redistribución de los refugiados de Italia o Grecia. Después de haber acogido a casi un millón de refugiados de guerra de Ucrania, el país se percibe muy mayoritariamente como sobrecargado y la lucha contra la inmigración ilegal será una de las prioridades de la Presidencia polaca. «El tema está en lo más alto de la agenda», ha confirmado el ministro del Interior, Tomasz Siemoniak .Tampoco se esperan avances en la modificación de los Tratados europeos, para ampliar la votación por mayoría. La oposición ve este proyecto como una disolución del Estado polaco y Agnieszka Bartolha ha confirmado que «no, no trabajaremos en eso». Y Tusk es manifiestamente escéptico sobre el Pacto Verde Europeo desarrollado por Ursula von der Leyen . «Las ingenuas ambiciones de salvar el planeta entero afectan cada vez más a la competitividad de Europa en el mundo», ha dicho ya, «la descarbonización no se puede lograr mediante la desindustrialización».
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