Tristin_Krajcik
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En estos tiempos de padres implicadísimos con la crianza, por convicción o por moda, celebrar un cumpleaños infantil ya no es un evento ni fácil ni sencillo. Aún falta un poquito para la complejidad de organizar una boda, pero, en general, estamos muy lejos de la simplicidad de los ganchitos y los bocadillos de Nocilla de nuestra infancia. Con mis hijos acumulo, como organizador o invitado, más de un centenar de cumpleaños infantiles en los últimos años. Y he visto la competición y el estrés de los progenitores para no repetirse, para montar la gran fiesta, para que los niños tengan una experiencia inolvidable… Al final, uno ya no sabe qué proponer para ser original y no repetirse. Sí, como si repetir el lugar o la temática de un cumpleaños fuera algo reprobable y sancionable que mancharía el buen nombre de toda tu estirpe…
Por si estás en la misma situación y te sirve alguna de estas ideas, aquí te las ofrezco con una breve descripción. Podría ser que en tu zona no exista alguna de esas opciones o que otras se escapen de tu presupuesto según el número de niños y adultos a los que quieras invitar, pero hay para todo tipo de gustos y bolsillos.
Económicamente, es lo que sale más barato, porque la comida y la bebida la compras tú al precio que quieres y si sobra algo te lo llevas para casa de vuelta. Según el parque, tienes extensión y elementos para jugar. Pero según los padres que te vengan a ayudar, es mucho más espacio (y posibles problemas) para vigilar entre pocos adultos.
Si te apetece algo muy personal y motivador para los críos, invítalos a cenar y a dormir en vuestra casa. Cenar en pandilla y juntar colchones en el comedor les gustará más que ir al parque de atracciones. Y te será más cómodo y saldrá más barato. Eso sí, nadie te asegura que cuando ya estén cenados y con el pijama, algunos niños pidan volver a su casa y toque organizar el reparto a medianoche.
En vez de meter a los niños en tu casa y sufrir por si te destrozan algo (o porque tienes que ordenarlo todo a la perfección por el improbable caso de que los padres de las criaturas empiecen a inspeccionar todos los rincones con lupa), una opción desestresante es alquilar para vosotros una sala de fiestas infantiles. Estas salas acostumbran a tener juguetes y actividades como la típica piscina de bolas que siempre se agradece, puedes llevar tú la comida que quieras y si la alquilas entre semana los precios son más asequibles.
Tanto si eres fan de El gran Lebowski o de los centros comerciales como si no lo has probado nunca, la bolera es muy interesante para mantener a todos los críos juntos en un mismo lugar. Trabajarán su puntería, su coordinación, habrá una sana competitividad… aunque, en el fondo, lo que les gustará a los críos es demoler bolos y mobiliario de manera controlada. Alguien se te puede lesionar, quedándole la mano o el brazo dolorido, pero, en general, tiene poco riesgo.
El chiquipark es un recinto lleno de plástico y atracciones para niños, donde los pierdes de vista y por tu tamaño no puedes entrar a rescatarlos, personal agotado y mal pagado, música reggaetonera y meriendas llenas de azúcar que la mitad de los niños acaban dejando. Así, de entrada, parece un lugar a evitar… pero a casi todos los niños les encanta. Y lo descubrirás cuando vayan a cerrar y no puedas sacarlos de allí, llenos de azúcar y cansancio.
Para trabajar la paciencia, la concentración y el trabajo en equipo, un escape room infantil y temático puede ser una buena solución si te agobian los grupos de niños chillones. Si no resuelven el enigma, igual se quedan encerrados allí un ratito más y los adultos podéis merendar con calma.
Aunque a algunos padres les pueda parecer poco espectacular, nunca subestimes la magia del cine en la sala. La gestión de esto es rápida y fácil, aunque luego te toque comprar palomitas carísimas para todos. Si los críos ya tienen una cierta edad y se portan bien, tú también podrás disfrutar del momento, cosa que no pasa en todas las fiestas. Si se portan mal y se pasan la peli gritando, tirando palomitas a los demás o dando golpes a las butacas de delante, te tocará hacer de poli malo.
El paraíso de las camas elásticas, donde pequeños llenos de energía pueden saltar y hacer acrobacias hasta agotarse. Si los invitados son niños muy físicos, van a disfrutar a lo bestia.
Si en casa sois seguidores de MasterChef Junior o de Alberto Chicote, plantéate ir a un taller profesional donde a los niños les enseñen a cocinar alguna receta. Es una manera original de celebrar el cumpleaños y además te será útil, porque con la excusa de poner en práctica lo aprendido algún día te harán la cena.
Una de las opciones más originales son los laser tag, espacios de juego láser. Los niños se ponen unos chalecos-armadura con sensores y llevan unos fusiles láser (totalmente inofensivos, claro). Por equipos, entran en una zona laberíntica y oscura para dispararse entre ellos. Ideal para los amantes de la ciencia ficción, pero angustioso para los más pacifistas. Siempre te queda la tranquilidad de que ningún alienígena ha resultado herido durante la celebración del cumpleaños.
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Por si estás en la misma situación y te sirve alguna de estas ideas, aquí te las ofrezco con una breve descripción. Podría ser que en tu zona no exista alguna de esas opciones o que otras se escapen de tu presupuesto según el número de niños y adultos a los que quieras invitar, pero hay para todo tipo de gustos y bolsillos.
1. Un pícnic en el parque
Económicamente, es lo que sale más barato, porque la comida y la bebida la compras tú al precio que quieres y si sobra algo te lo llevas para casa de vuelta. Según el parque, tienes extensión y elementos para jugar. Pero según los padres que te vengan a ayudar, es mucho más espacio (y posibles problemas) para vigilar entre pocos adultos.
2. Fiesta de pijamas
Si te apetece algo muy personal y motivador para los críos, invítalos a cenar y a dormir en vuestra casa. Cenar en pandilla y juntar colchones en el comedor les gustará más que ir al parque de atracciones. Y te será más cómodo y saldrá más barato. Eso sí, nadie te asegura que cuando ya estén cenados y con el pijama, algunos niños pidan volver a su casa y toque organizar el reparto a medianoche.
3. La sala de fiestas
En vez de meter a los niños en tu casa y sufrir por si te destrozan algo (o porque tienes que ordenarlo todo a la perfección por el improbable caso de que los padres de las criaturas empiecen a inspeccionar todos los rincones con lupa), una opción desestresante es alquilar para vosotros una sala de fiestas infantiles. Estas salas acostumbran a tener juguetes y actividades como la típica piscina de bolas que siempre se agradece, puedes llevar tú la comida que quieras y si la alquilas entre semana los precios son más asequibles.
4. Un día en la bolera
Tanto si eres fan de El gran Lebowski o de los centros comerciales como si no lo has probado nunca, la bolera es muy interesante para mantener a todos los críos juntos en un mismo lugar. Trabajarán su puntería, su coordinación, habrá una sana competitividad… aunque, en el fondo, lo que les gustará a los críos es demoler bolos y mobiliario de manera controlada. Alguien se te puede lesionar, quedándole la mano o el brazo dolorido, pero, en general, tiene poco riesgo.
5. Ir al ‘chikipark’
El chiquipark es un recinto lleno de plástico y atracciones para niños, donde los pierdes de vista y por tu tamaño no puedes entrar a rescatarlos, personal agotado y mal pagado, música reggaetonera y meriendas llenas de azúcar que la mitad de los niños acaban dejando. Así, de entrada, parece un lugar a evitar… pero a casi todos los niños les encanta. Y lo descubrirás cuando vayan a cerrar y no puedas sacarlos de allí, llenos de azúcar y cansancio.
6. Un ‘escape room’
Para trabajar la paciencia, la concentración y el trabajo en equipo, un escape room infantil y temático puede ser una buena solución si te agobian los grupos de niños chillones. Si no resuelven el enigma, igual se quedan encerrados allí un ratito más y los adultos podéis merendar con calma.
7. Sesión de cine
Aunque a algunos padres les pueda parecer poco espectacular, nunca subestimes la magia del cine en la sala. La gestión de esto es rápida y fácil, aunque luego te toque comprar palomitas carísimas para todos. Si los críos ya tienen una cierta edad y se portan bien, tú también podrás disfrutar del momento, cosa que no pasa en todas las fiestas. Si se portan mal y se pasan la peli gritando, tirando palomitas a los demás o dando golpes a las butacas de delante, te tocará hacer de poli malo.
8. ‘Jumping’
El paraíso de las camas elásticas, donde pequeños llenos de energía pueden saltar y hacer acrobacias hasta agotarse. Si los invitados son niños muy físicos, van a disfrutar a lo bestia.
9. Taller de cocina
Si en casa sois seguidores de MasterChef Junior o de Alberto Chicote, plantéate ir a un taller profesional donde a los niños les enseñen a cocinar alguna receta. Es una manera original de celebrar el cumpleaños y además te será útil, porque con la excusa de poner en práctica lo aprendido algún día te harán la cena.
10. ‘Laser tag’
Una de las opciones más originales son los laser tag, espacios de juego láser. Los niños se ponen unos chalecos-armadura con sensores y llevan unos fusiles láser (totalmente inofensivos, claro). Por equipos, entran en una zona laberíntica y oscura para dispararse entre ellos. Ideal para los amantes de la ciencia ficción, pero angustioso para los más pacifistas. Siempre te queda la tranquilidad de que ningún alienígena ha resultado herido durante la celebración del cumpleaños.
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