Gwendolyn_Schneider
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El pranato mediático insiste en que Vinicius debe ceñirse al papel que desde el principio los pranes le tenían asignado, que era el de 'Prissy' (Thelma 'Butterfly' McQueen), la doncella de Scarlett O'Hara en «Lo que el viento se llevó», pero Vinicius no se deja.–Han intentado e intentado invalidarme, disminuirme. Pero no están preparados. Nadie va a decirme por quién debo luchar, cómo debo comportarme. Cuando estaba en São Gonçalo, el sistema no se preocupaba por mí. Casi me tragan. Gané por mí, por mi familia. Con mucho apoyo en el camino: el Flamengo, el Real Madrid, la selección brasileña, mis cientos de compañeros… –explicó en su agradecimiento por el The Best de la FIFA merced al voto popular: 1.147.276 votos a Vinicius, representante del juego callejero, por 264.835 a Rodri, representante del 'fair-play', del que Joselu, por cierto, nos ha dejado un retrato goyesco en la mesa de Pablo Motos, el tipo que se alimenta de palitos de merluza: «Soy un chico de pueblo, de Galicia, y he jugado mucho a los dardos. Cuando le gané a Rodri, se enfadó. Me decía que yo había jugado mucho y que él no lo sabía». Los dardos le deben a Rodri una revancha contra Joselu como el fútbol, al decir de Valdano, le debía un Balón de Oro, deuda finalmente saldada por un 'roncero' de Namibia y otro de El Salvador.La importancia de que el voto popular se decante masivamente por Vinicius está en que la caterva de 'los profesionales', esos mismos que han triunfado en la tauromaquia, cargándosela, pierde influencia en favor del espectáculo. 'Los profesionales' (los que cobran del invento) todo lo hacen contra el espectáculo, es decir, contra el público (los que pagan el invento). El fútbol limpiaparabrisas de Rodri gusta a 'los profesionales', pero lo que gusta al público es el fútbol fulminante de Vinicius, y esta batalla, según los números del The Best, está ganada. Lo que pasa es que vivimos en un país moral y culturalmente bárbaro.Noticias relacionadas opinion Si El bar de Mou Pensiones y depresiones Ignacio Ruiz-Quintano opinion Si El bar de mou La flor era Vinicius Ignacio Ruiz-Quintano–Los ricos y los pobres, la barbarie ibérica es unánime –resume Max Estrella en 'Luces de bohemia'.El problema de Vinicius es España, con sus elites de institución libre de enseñanza, que no le toleran que 'el moreno' no se avenga a hacer de 'Prissy' («¡Señorito Manolo!» «¡Señorito Monolo!»), y en Vallecas hizo el gesto de «¡a Segunda!» a un grupo de españolejos libres y benéficos que lo insultaban. Protestó por una falta táctica que no le concedieron y por un penalti como un castillo que no le pitaron, pero LaLiga, sacando tiempo libre de donde no lo tiene, ocupada como está en investigar el Negreirato, corrió a denunciar los dos dedos de «¡a Segunda!», con el apoyo mediático de todas las fuerzas vivas de la cultura española, de Mateu, el árbitro que se arrodillaba por el Black Lives Matter, a Alcorta, el central vizcaíno que se quedó como el del Quijote con la cola de vaca de Romario en Barcelona, pasando, y esto es glorioso, por García.La República sacó una madrugada a don José Ortega y Gasset de la cama para llevarlo en angarillas al Congreso a explicar a los energúmenos que debatían el Estatuto de Cataluña que no era lo mismo ensamblar las piezas de un puzle, a fin de formar un cuadro, que coger un cuadro y hacerlo añicos, al objeto de crear un puzle. Bueno, pues el 'Marca' ha sacado a García de su sillón de orejas para tirarle de las orejas a Vinicius en una apoteosis de Arniches:–Vinicius es maleducado, protestón y gruñón... ¿Quién lo ha educado? El comportamiento hace mucho, y un colaborador de ese mal comportamiento es el presidente.¡Acabáramos! Puntapiés a Florentino en el antifonario de Vinicius. Doctores tiene la Liga que impondrán a Vinicius la lectura del «Emilio, o De la educación», que no tiene que ver con Butragueño, sino con Rousseau, más un curso en cursilería en el Pilar. La consigna de la cafrería patria: ¡Educar a Vinicius! Pero lo que el viento se llevó, llevado está, y lo que no se llevó, se lo llevará la Superliga, que debería llamarse The Beauty, para hacer collera de leyenda con The Best y dejar atrás el cutrerío de esta invivible vida española.
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