Celia_O'Kon
New member
- Registrado
- 27 Sep 2024
- Mensajes
- 44
Con el inicio de la temporada de la trufa de invierno, que se extiende de noviembre a marzo, los truferos de toda España se adentran en los bosques en busca de este hongo, conocido como el oro negro por su elevado precio y exclusividad. Sin embargo, el éxito de esta tarea no sería posible sin la participación de los perros truferos, protagonistas esenciales en la detección de trufas gracias a su sentido del olfato y un cuidadoso adiestramiento.
Aunque cualquier perro puede ser adiestrado para buscar trufas, algunos destacan especialmente por su capacidad olfativa, inteligencia y disposición al trabajo. Tal es el caso del lagotto romagnolo, el braco alemán, el pointer inglés, el spaniel bretón y el springer spaniel, razas reconocidas por su desempeño en esta tarea según la Real Sociedad Canina de España (RSCE). Sin embargo, detrás de cada perro trufero eficiente hay un proceso de adiestramiento técnico, meticuloso y personalizado, como explica Alba Herranz, adiestradora profesional certificada por la Federación Cinológica Internacional (FCI) y experta en esta disciplina.
El papel de los perros en la búsqueda de trufas
Para Alba Herranz, gerente de un centro de adiestramiento y criadora de perros en Teruel, los perros son el corazón de la búsqueda de trufas. Con más de diez años de experiencia en el sector y una tradición familiar de tres generaciones como criadora profesional, se especializa en formar perros truferos adaptados a las necesidades de cada guía.
"Lo ideal es un perro que sea juguetón, comilón y bien socializado. Además, debe tener una alta motivación y ser capaz de soportar largas jornadas de trabajo", explica. Aunque en su centro y por su experiencia personal, razas como el lagotto romagnolo o el labrador retriever de la línea americana destacan en este campo, la adiestradora insiste en que lo más importante es la individualidad del perro: "Hay perros buenos y perros malos, no se trata de razas, sino de individuos".
La Real Sociedad Canina de España también resalta que, aunque cualquier perro puede ser adiestrado para esta tarea, suele haber algunas razas especialmente apreciadas según la región. "En Italia, los perros de agua pequeños, como el lagotto romagnolo o el caniche, son los preferidos. En Francia y España, en cambio, los perros de caza o de ganado suelen ser los más utilizados, gracias a su adaptación a terrenos pedregosos y a las variadas condiciones climáticas".
Desde la genética hasta la práctica en el campo
El éxito de un perro trufero comienza desde sus primeros días de vida. En su criadero, Alba Herranz emplea programas de estimulación temprana, impronta de olor y socialización, combinados con una estricta selección genética. "Selecciono a los progenitores no solo por su aptitud para el trabajo, sino también por su carácter. Nunca cruzaría un perro agresivo o excesivamente miedoso", aclara.
El adiestramiento incluye obediencia básica, fundamental para mantener el control durante las búsquedas, y técnicas de asociación directa del olor de la trufa. La experta emplea juguetes impregnados con este aroma y diseña juegos que refuercen la conexión positiva del perro con la tarea. "No podemos dejar que el perro haga lo que quiera, porque el rendimiento sería menor", enfatiza.
La formación finaliza en las más de 10 hectáreas de plantaciones truferas propias de Herranz, un entorno real donde los perros entrenan con trufas nacidas naturalmente. "No huele igual una trufa escondida por nosotros que una que ha nacido de forma natural. Trabajar en un entorno real marca la diferencia", destaca.
La Real Sociedad Canina de España añade que un buen perro trufero no solo debe ser hábil en detectar el aroma, sino también en trabajar en equipo con su guía. Durante las búsquedas, el perro debe mantenerse cerca, seguir rutas marcadas y, al detectar una trufa, señalarla rascando suavemente el terreno. Luego, espera a que su guía extraiga el preciado hongo, cerrando el ciclo con una recompensa positiva. Este proceso, además, incluye la responsabilidad de restaurar el entorno, rellenando los hoyos con compost o material orgánico, asegurando así la sostenibilidad del ecosistema trufero.
La conexión entre guía y perro
Alba Herranz subraya que la relación entre el guía y el perro es clave para el éxito. "Sin un buen vínculo, el perro no trabaja al 100%. Debemos saber interpretar lo que nos dice, porque si no, podemos romper su capacidad de trabajo", advierte. En su centro, selecciona personalmente los perros para cada cliente, basándose en su compatibilidad, y dedica dos días a entrenar al futuro guía antes de entregar el perro. Además, ofrece seguimiento continuo para resolver dudas y garantizar el mejor desempeño del equipo.
La evolución de la búsqueda de trufas
La RSCE y Alba coinciden en que la búsqueda de trufas está viviendo un proceso de modernización y profesionalización. Este avance beneficia tanto a truferos como a los perros, que se han convertido en piezas esenciales en esta actividad.
"Sin los perros, no somos nada. Podemos tener las mejores plantas, sistemas de riego y maquinaria, pero si no tenemos un buen perro, no seremos capaces de encontrar las trufas", concluye la adiestradora.
Cargando…
www.20minutos.es