Sincere_Ziemann
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Eran los años felices del enchufismo, de los ERE, de la red clientelar, de la impunidad absoluta. Aquel PSOE que tantas cosas buenas había hecho por Andalucía en los primeros años de la democracia llevaba tantas décadas en el poder que había confundido el partido con la institución, ya no sabía distinguir entre la Junta, los ayuntamientos o las diputaciones y las casas del pueblo. Se relajó. Y le acabaron cogiendo con el carrito de los helados. Le ocurrió lo mismo al PP en Valencia. Era tal su hegemonía que se creyó por encima del sistema, pero el sistema siempre gana. Aquel régimen andaluz cayó por putrefacción de determinadas personas, no de las ideas. A diferencia del sanchismo, que está en crisis por ambas cosas, por Koldo y por la amnistía, por Begoña y por el cupo, aquí se desbarataron los socialistas, no el socialismo. Y el aparato se descuajeringó después de casi cuatro décadas de omnipotencia que degeneraron en clientelismo. Aquellos años maravillosos se transformaron en un calvario que ahora tienen que pagar los barones que heredaron la ruina de los nerones. Así de injusta es la vida. Los juzgados siguen sacando sentencias de la época tormentosa. Queda aún más de un centenar de piezas por juzgar de los ERE, los correos de la Faffe continúan siendo escudriñados por la Guardia Civil para desvelar el listado completo de enchufes, siguen abiertas instrucciones para los cursos de formación, el desvío de dinero en las obras de modernización de las marismas y los fraudes en muchas sociedades de desarrollo local. El más sonoro de todos es el de Burguillos Natural, donde la deuda generada es de tal dimensión que el pueblo entero está en manos de un fondo buitre. Pero el despilfarro para contrataciones, obras que no se hacían, piscinas cubiertas que hoy están abandonadas o centros ecuestres en los que jamás hubo un caballo se produjo en otras muchas empresas públicas locales, como Idelpa en Los Palacios. Hasta 47 sociedades de este tipo se crearon en Sevilla para sortear los controles de los interventores y secretarios municipales. Las hubo bien gestionadas, pero aprovechando la rendija del descontrol también hubo casos de abusos escandalosos. Ahora la Audiencia de Sevilla ha confirmado la inhabilitación de dos años a Prodetur, la empresa de promoción turística de la Diputación, que entró en el accionariado de todas estas sociedades locales y ahora tiene que hacer frente a la responsabilidad de los desfalcos provocados por gestores desmadrados.Aquellos años maravillosos son hoy una losa para los responsables políticos que tienen que seguir adelante. En muchos casos los ciudadanos pusieron sus pueblos en manos de otro partido a raíz de tanto derroche. En otros, como la Diputación, le toca a la siguiente generación socialista limpiar debajo de las alfombras y pagar la juerga. Por eso estas dolorosas informaciones no son del pasado, son del futuro.
Alberto García Reyes: Aquellos años maravillosos
Los juzgados siguen dictando sentencias sobre una época de impunidad que arrasó Andalucía
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