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El comisionista del caso Koldo , Víctor de Aldama, trató de utilizar su posición y sus influencias en el Gobierno de España, en el PSOE y en el Ejecutivo de Venezuela para abrir negocios tanto a través de importantes compañías del Ibex-35 como de empresas públicas españolas dependientes del Ministerio de Transportes. Así lo han confirmado a este periódico los máximos responsables de distintas empresas con los que contactó el que fuera hombre de confianza de Koldo García , el asesor de José Luis Ábalos cuando este era ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE. Tres lo reconocen abiertamente, otras no lo niegan y las más ni confirman ni desmienten. Según ha podido conocer ABC, Aldama realizó una ronda de contactos al más alto nivel con empresas del Ibex para tratar de que participaran en proyectos de inversión de Venezuela. Esas empresas, que por cuestiones de reputación prefieren permanecer en el anonimato, no dudan en desvelar el 'modus operandi' de Aldama en el año 2019, durante los meses previos a la polémica visita de la vicepresidenta de la República de Venezuela , Delcy Rodríguez, que se produjo en enero de 2020. «Llamaron en nombre del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, para pedirnos que recibiera al tal Aldama, al que yo no conocía de nada» , explica a este periódico el CEO de una de estas compañías. «Miré en Google a ver quién era y no había nada. Me sonaba raro, así que lo recibí, pero no en mi despacho. Si te llaman de parte del ministro y te piden que recibas a alguien, lo normal es recibirlo», explica esta fuente, que enseguida aclara: «Otra cosa es que le hagas caso».Noticia Relacionada estandar No Feijóo reta a Sánchez a explicar su relación con Aldama, acabar su «calvario» y dimitir ABCEste encuentro se produjo en otoño del año 19. Aldama llegó «mal vestido, con una imagen cutre» , pero con un mensaje claro: «Proponer negocios en Venezuela». La propuesta no convenció en absoluto al CEO, porque según su testimonio era fácil apreciar que Aldama no sabía muy bien de lo que hablaba. «Te daré más información en enero, cuando venga Delcy», añadió el comisionista, según el relato del CEO de esa gran compañía, a quien Aldama dijo que la vicepresidenta viajaría a España con motivo de Fitur, la feria de turismo de Madrid, que efectivamente se celebraba a partir del día 20 del primer mes del año. Sin embargo, esto último no era más que una coartada, como se ha encargado de probar la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en su último informe sobre el caso Ábalos. El citado informe de la UCO reproduce el intercambio de mensajes entre Delcy Rodríguez y Aldama con los preparativos para el viaje, y da cuenta del mensaje en el que Ábalos informa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: «Para acabar de molestarte, la vicepresidenta de Venezuela viene en privado el lunes y quiere verme discretamente y quiere verme como conti- nuación del encuentro que tuve con el ministro de comunicación (que es su hermano). La gestión que acordamos en favor de las empresas españolas ha permitido que Duro Felguera haya cobrado una importante deuda», escribió Ábalos al presidente del Gobierno, que respondió con un escueto pero esclarecedor «Bien».Beneplácito de SánchezLos investigadores concluyen que ese intercambio de mensajes permite apreciar «cómo a través d e Ábalos obtuvo el beneplácito del presidente del Gobierno para la visita de Delcy». El informe analiza los vínculos del comisionista con Venezuela y su papel en relación al Ministerio de Transportes. Una vez «fallida la visita de Delcy a España», relata la Guardia Civil, la vicepresidenta chavista habló con Aldama y se interesó por Ábalos. «¿Cómo está el jefe?» , le preguntó. «Bueno, hoy no es su mejor día. Ayer en la madrugada tuvo unas palabras muy duras con el 1 (Sánchez) y hoy todo salió bien pero el miércoles que viene se bota (sic) en el congreso su dimisión», contestó Aldama. La visita de Delcy Rodríguez desbarató la agenda que Aldama llevaba meses preparando: el CEO de Duro Felguera; el promotor del Aeropuerto de Ciudad Real, Rafael Gómez Arribas; el constructor Alfredo Ruiz Plaza; o Alfredo Chirino, investigado por un macrofraude de hidrocarburos y relacionado con la compra de un chalet que disfrutó Ábalos.Otra vía de acceso a posibles negocios eran las empresas públicas dependientes del ministerio , según revela a ABC el presidente en esos tiempos de una de ellas. «Ábalos era mi jefe, cómo no iba a conocer a Aldama», asegura, aunque en su caso el enganche no fue el ministro, sino Javier Hidalgo, CEO de Globalia. «¿Por qué conozco a Hidalgo? Porque es el CEO de una de las empresas más importantes de este país. Y Aldama se movía en ese contexto» , explica antes de admitir «que yo me senté con ellos». «A Globalia sí lo recibes. Yo me senté con el CEO de Globalia, y con él venía Aldama». En este otro caso, «la percha fue el acceso Latinoamérica». No obstante, insiste en que «nosotros no llegamos a contratar con ellos: me preocupé mucho de que no entraran donde no podían entrar: por eso no hay ningún tipo de contratación».«Como Bertín»¿Cómo se movía Aldama?, pregunta ABC. «Es como un Bertín Osborne pero a lo bestia. En la manera de hacer, de vestir y de comportarse» . ABC ha contactado con José Luis Ábalos para preguntarle si él ejerció de intermediario para que recibieran a Aldama. La respuesta es contundente: «¡Qué coño voy a hablar yo para abrir puertas! Que salga uno y diga si yo he llamado. Son mentiras, como lo de las mascarillas, no ha salido ni uno», asegura.La cuestión es, por tanto, si era Aldama quien utilizaba su nombre sin consentimiento : «Yo no sé si utilizaba o no mi nombre», explica Ábalos. «Si hablamos de empresas de rigor, hablaban conmigo directamente, las grandes no necesitan un mandao. Y, si tuvieran alguna duda, vendrían y me lo dirían, si son serias, si son grandes. ¿Qué hablamos, de Acciona, Sacyr, Ferrovial, ACS, FCC? ¿Ésas? Ni de coña, tenían relación conmigo. No lo creo». Así, en opinión del exministro, «puede ser algún desgraciado, de estos que no tienen ningún contacto, pero esas ni de coña» . En cuanto a las empresas públicas dependientes de Fomento, Ábalos insiste en que «ni de coña va a ir (Aldama), porque eran nombrados por mí. Tenían confianza. ¿A quién va a ir: AENA, ADIF, Renfe? ¿Y tú crees que va a ir alguien ahí cuando el presidente lo he nombrado yo?», concluye. Hay un episodio previo en la conexión el caso Ábalos y la trama venezolana con Aldama de protagonista y la búsqueda de negocios como telón de fondo: a finales de marzo de 2019, Aldama se reunió con varios embajadores de Juan Guaidó en Madrid antes de visitar al ministro Ábalos en la sede del PSOE, en la calle Ferraz. En aquel entonces Guaidó era el presidente encargado de Venezuela, y había nombrado cuatro representantes en Europa: España, Marruecos, Austria y Hungría.En la foto de arriba, José Luis Ábalos junto a Enrique Alvarado, Antonio Ecarri (padre), Williams Davila (hijo) y José Ignacio Guedez. En la segunda, los mismos protagonistas junto a Víctor de Aldama abcSegún fuentes presentes en la reunión, Aldama citó a los cuatro embajadores en un despacho situado en la calle Alfonso XII de Madrid. Eran Antonio Ecarri (padre), Williams Davila (hijo), José Ignacio Guédez y Enrique Alvarado. Todos ellos habían viajado a Madrid para verse con Aldama, primero, y Ábalos, después. «Había mucho interés en conseguir información de España y Venezuela, era evidente», explican a ABC fuentes presentes en ambos encuentros, que explican que fue Aldama quien los trasladó personalmente a la sede del PSOE para ver a Ábalos: «Dijo 'nos vamos a la sede del PSOE', y mandó una furgoneta». Según este relato, Aldama se dejó fotografiar en la reunión de la calle Alfonso XII, pero no quiso dejar testimonio gráfico en la reunión de la sede del PSOE: los embajadores sí posaron, obviamente vestidos con los mismos trajes, las mismas camisas, las mismas corbatas, como evidencian las fotografías.Una cartaEs más, Koldo García guardaba en su correo electrónico una carta que acreditaba a Aldama como «enlace» entre España y el Gobierno de Guaidó . El escrito, al que tuvo acceso ABC, no lleva membrete ni la rúbrica manuscrita del ministro, pero se remata igualmente con su nombre, como si partiese de él. «Es nuestro propósito afianzar lazos políticos, culturales y económicos, con miras a estrechar relaciones en la etapa de recuperación que, todos deseamos, llegará pronto», dice el documento que Koldo García preservó enviándolo de su correo corporativo del ministerio a una cuenta personal. «En ese momento, pondremos a disposición de Venezuela todas las empresas públicas y de prestigio reconocido internacional que puedan necesitar, así como las empresas privadas que nosotros mismos podamos recomendar», añadía, para concluir: «Por tal motivo hemos enviado a D. Víctor de Aldama Delgado con la misión, no sólo de hacerle llegar esta misiva, sino también para que sirva de enlace en nuestras relaciones». «Reiterándole nuestra solidaria disposición, se despide atentamente, D. José Luis Ábalos Meco», remata la carta, de la que el exministro niega toda autoría.La última noticia en relación con José Luis Ábalos tuvo lugar la semana pasada, cuando la Sala Penal del Tribunal Supremo acordó asumir la investigación en lo relativo a él en la causa de la contratación irregular de mascarillas y material sanitario durante la pandemia. Mientras, Víctor de Aldama continúa en prisión por un presunto fraude del IVA de hidrocarburos de más de 180 millones de euros. En el Supremo y en la Audiencia Nacional las pesquisas continúan.
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Aldama ofreció negocios en Venezuela a varios CEO del Ibex
«Te daré más información en enero, cuando venga Delcy», dijo en una cita a la que acudió «mal vestido y cutre»