tlehner
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En un régimen político sanchista-leninista todo es de todos. Entendiendo por todo, lo que es nuestro, y por todos, a quienes nos lo arrebatan. Con tantas facilidades, vienen a España a hacer su agosto muchos extranjeros con la conciencia moral suspendida en septiembre. Sin olvidarnos de la cosecha nacional de calabazas delincuentes. Para esta corriente de pensamiento humanista, un ligero retraso en el pago de los tributos al césar se equipara al homicidio, porque el césar tiene muchos gastos. Pero un robo con daños y amenazas es una travesura adulta que hay que esforzarse en comprender, para no añadir complicaciones a la convivencia.Noticia Relacionada Seguridad estandar No Más Policía Local para los robos en El Brillante y un plan de mejora en iluminación o limpieza ABC Córdoba Bellido se reúne con los vecinos y se compromete a poner en marcha actuaciones de infraestructuras y seguridad Los vecinos del barrio de El Brillante , en Córdoba, se alarman innecesariamente por los frecuentes robos en sus casas. Frecuentes, pero no diarios, todavía, no hay que exagerar. Los vecinos del barrio de El Brillante son gente sensible y trabajadora, partidaria de la propiedad privada y de la existencia de leyes que la protejan. Un conjunto de cualidades y exigencias incompatibles con una visión marxista-progresista de la sociedad, a la que todos estamos llamados para que unos cuantos se aprovechen. Como en Venezuela. Organización criminal es una vigorosa expresión con la que el instructor del Tribunal Supremo se refiere a la causa penal contra don José Luis Ábalos, en la que se irán incluyendo otros compañeros de martirio. Pero no nos apartemos del objeto de esta tesis de derechas. Bandas de delincuentes organizados –criminales, en el sentido penal, social, moral y hasta parlamentario del término- asaltan las casas de los vecinos del barrio cordobés de El Brillante, con desorden y concierto. Y con menos rentabilidad de la que supone la literatura de botellón. El caso es hacer daño y asustar, para que no se detenga el progreso. Tampoco se detiene a los ladrones, hábiles y forasteros. Y si se lograra detenerlos, ellos saben que el legislador es muy tolerante con el expolio, desde la ocupación de viviendas hasta la apropiación de su contenido. La propiedad privada es un vicio de los ricos, que los pobres tienen el deber de convertir en virtud política. Por ejemplo, el chalé de Galapagar, de Pablo Iglesias, una virtud política protegida por 50 guardias civiles. Lo peor que los vecinos del barrio de El Brillante pueden hacer ante la realidad es alarmarse y enfrentarse a ella. Hay que tomar las cosas como vienen, y consolarse pensando que no son lo mismo tres robos a la semana que tres robos diarios. Si se sosegaran, comprenderían que en un régimen avanzado de justicia social su obligación es trabajar para que la joven analfabeta Begoña Gómez sea catedrática, y los criminales organizados que vienen de fuera puedan comprarse, para robar, el mismo modelo de coche que el joven Aldama, recientemente encarcelado por tener un criterio demasiado amplio sobre el tráfico de hidrocarburos. No es prudente provocar a las buenas personas para que dejen de serlo. Hay que evitar que la ley de la selva sustituya a la legislación vigente, que tampoco es como para tirar cohetes.
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