Al volante del icónico todoterreno de lujo que ahora es eléctrico y se sigue subiendo hasta por las paredes

[Hilario_Zieme]

El G 580, que es como se denomina esta innovadora versión a pilas, es el Clase G más potente de la historia y lo hace con cuatro motores eléctricos que le otorgan un poderío y una contundencia que no admite discusión.

Equipado con una batería de 116 kWh, la más grande nunca antes utilizada por otro modelo de la marca, este todoterreno de leyenda vuelve a escribir un nuevo capítulo dentro de un relato que comenzó hace 45 años.

Se conservan las motorizaciones gasolina y diésel (todas ellas microhíbridas), pero a nadie escapa que el auténtico protagonista en esta cuarta generación es el G 580 cero emisiones de 587 caballos de potencia (432 kW) y 1.164 Nm de par. Es tan eficaz como sus homólogos térmicos y su apabullante desenvolvimiento en los recorridos fuera carretera no admite discusión.

Tras probarlo, uno queda prendado con sus muchas habilidades gracias a sus cuatro motores eléctricos, uno por cada rueda, que con el programa de conducción Rock activado (que incluye igualmente la reductora electrónica) incluye funciones como el G-Steering, de cara a abordar con una decisión impresionante los giros más cerrados con solo pulsar un botón, o el G-Turn, que le permite rotar sobre su propio eje (hasta 25 km/h) siendo este un “gadget” de lo más espectacular y que nos puede sacar de muchos apuros.

El G 580 tenía que ser tan exclusivo y refinado como sus hermanos de gama o incluso más como es el caso. Si en el campo se desenvuelve como un gato panza arriba, su condición de eléctrico es ideal para superar todo tipo de obstáculos, sobre asfalto no deja de ser una máquina igual de envidiable.

No hay otro modelo igual​

Además de unas prestaciones de infarto para contar con un peso por encima de las tres toneladas, el G eléctrico añade un silencio de marcha que tal vez no tienen las otras versiones “convencionales” como el G 450 d, el G 500 o el G 63 AMG que también podemos elegir en esta nueva etapa.

Estéticamente, el G 580 no cambia mucho con respecto a estos últimos. Tal vez lo que más llama la atención es la sustitución en el portón trasero de la clásica y característica rueda de repuesto por un cofre donde se alojan los cables de carga.

Otro detalle particular es el capó, montado un poco más alto, o la parrilla delantera que está carenada, pero poco más, conservando los típicos intermitentes en las puntas de las aletas y, en definitiva, ese diseño tan cuadrado y poco aerodinámico que gusta sobremanera a los clientes que pueden acceder a un coche único como es el alemán.

Por dentro, el Clase G cuenta por primera vez con el completo sistema de infoentretenimiento MBUX (visible en una pantalla de 12,3 pulgadas con mando táctil) y, como ya es norma en la casa, con una terminación que es muy difícil de encontrar en cualquier rival si es que existe.

Fabricado en la planta austriaca de Graz, el G 580 ya se encuentra a la venta por 199.000 euros en la versión de lanzamiento Edition One que añade un equipamiento exclusivo. Esto será así hasta el próximo mes de junio donde ya estarán disponibles las versiones convencionales que se podrán adquirir desde 162.285 euros.

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