En octubre de 2002 los suegros de José María Aznar, a la sazón presidente del Gobierno, celebraron las bodas de oro en Carcabuey, mi pueblo natal y lugar de nacimiento de la madre de Ana Botella. La esposa de Aznar se desplazó en AVE hasta Córdoba, en coche particular hasta Lucena y desde allí la acompañe en mi coche al lugar de celebración del evento.A principios de 2019, poco después de tomar posesión de la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez y su esposa utilizaron el Falcon y un helicóptero para asistir a un concierto en Castellón y a un evento familiar en La Rioja, conducta que se ha convertido en hábito permanente de quien incluso utiliza a la Fiscalía y a la Abogacia del Estado para fines particulares.El contraste anterior pone de manifiesto la desmesura, cuando no el derroche, que los «políticos progresistas» realizan sin inmutarse y que retrata con claridad a quienes se llenan la boca con lo público, o sea los profetas del populismo, esa plaga que siempre termina arruinando a sus pueblos, condenados a recibir las miserias que, una vez empobrecidos, graciosamente les conceden los mismos que los han arruinado, olvidando las sabias palabras del argentino Miguel de Andrea al sugerir que «la mejor limosna consiste en tender la mano al hombre, a fin de que pueda colocarse en situación de no necesitar limosna».Cuanto más oigamos alegaciones grandilocuentes defendiendo lo público por oposición a lo privado, más cautela hay que tener con esos profetas que saben muy bien reclamar pero que acreditan sobradamente su incapacidad para administrar correctamente ni siquiera un negocio para iniciados. Es este un problema porque montones de advenedizos que arruinarían cualquier negocio familiar pretenden marcar las pautas a una economía compleja donde priman la gestión, la competencia y el conocimiento y donde la competitividad exige altos niveles de productividad y compromiso, haciendo buenas las palabras de Auguste Comte de que «nadie tiene más derecho que cumplir con su deber».La contradicción entre los dichos y los hechos parece ser una norma de conducta de ese conglomerado que integra el sanchismo. Es curioso que, a raíz de que se descubriera que el feminismo de Errejón encubría al más degenerado machismo, el interfecto haya manifestado que «no se le puede pedir a la gente que vote distinto de como se comporta en su vida cotidiana». Si ello fuera cierto nos habrían librado de la realidad de un Gobierno que se llama feminista y acumula casos como los de Errejón, el Tito Berni y Ábalos, sumergidos en el submundo de abusos machistas y prostitucion desde la hipocresía de una izquierda que dice una cosa y hace otra.La degradación institucional ha llegado a su cúspide con un partido socialista que se baña, complacido, en las aguas disolventes y ruinosas del mayor de los populismos: la invasión de todas las instituciones, la pérdida de profesionalidad de los gestores del interés público, la mediatización del poder para fines espurios, la persecución al adversario político con procedimientos mafiosos tal como está comprobando el novio de la presidenta Ayuso que ha tenido la desgracia de fijarse en ella para que todos los poderes del Estado fiscalicen su entera trayectoria vital, o tal como acreditan las amenazas larvadas del fiscal general y de la vicepresidenta y ministra de Hacienda.La forma de legislar, eludiendo y obviando controles e informes negativos mediante decretos leyes, está atentando contra la seguridad jurídica que es la base fundamental para poder dar credibilidad y eficacia a la programación de inversiones y proyectos industriales a largo plazo. Las dudas sobre doble tributación a las energéticas y a la banca ya están produciendo importantes paralizaciones de proyectos de inversión programados, que en Andalucía podría suponer la pérdida de más de 10.000 puestos de trabajo.Entregado a quienes quieren imponer una democracia popular y a quienes quieren romper España, Sánchez privilegia a unos y a otros con el dinero de todos los españoles. Una situación así requiere una cirugía de choque que atendiera a los deseos reales de una inmensa mayoría de españoles. En otros tiempos, con un PSOE como el de la Transición que tenía muy claros los principios básicos de la socialdemocracia, sería fácil pactar la aplicación del bisturí en todo aquello que está poniendo en peligro la permanencia de España como una nación soberana. Hoy ese partido no existe, convertido en una secta sin debate ni principios sujeto a la soberana voluntad de su déspota secretario general.Mientras la intranquilidad crece ante los síntomas de que Sánchez quiere llevarnos a una democracia popular al estilo chavista, la fe en el poder judicial, en los medios informativos independientes y en la fortaleza moral de la mayoría social permite albergar la esperanza de que, si alguien se despeña por el abismo del descrédito y la putrefacción, serán Sánchez y todos sus mariachis incapaces de desmarcarse de él por pura voluntad de supervivencia.SOBRE EL AUTOR LUIS MARÍN SICILIA Notario
Luis Marín Sicilia: Al borde del abismo
Montones de advenedizos que arruinarían cualquier negocio familiar pretenden marcar las pautas a una economía compleja donde priman la gestión, la competencia y el conocimiento
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