Ahora y entonces, Rosalía y Paul McCartney

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Historia en dorado cegador del pop, el lunes Paul McCartney ejerció en Madrid una noche más de exorcista de sí mismo a través de su octogenaria persona liverpuliana poseída por el don de la melodía. Qué fluidez para esputar belleza en forma de estribillos, fraseos y juegos de voces hermosos a través de su garganta, algo menguada, nada grave, doy envidiablemente fe.Desde su primer tema grabado con The Quarry Men , 'In Spite of All the Danger', antes de ser Ellos (aunque eran ellos ya) y con esa doble voz juguetona que marca el 'leit motiv' de este aperitivo de su genio, pasando por la dupla 'Blackbird' y 'Here Today', que congeló el instante eterno en el homenaje a su amigo asesinado John, lo mejor del concierto , y luego con 'Now and Then', la canción recuperada hace un año gracias a la inteligencia artificial y que para quien teclea es digna de lo mejor del cancionero de los Fab Four. ¿Palabras mayores?No digo en el Panteón de las Canciones Más Ilustres, ¿vale? Pero es bella, emotiva, intensa, evocadora, tiene cambios de ritmo y vocales que funcionan , crescendos, un estribillo pujante y la letra es de fuerza nostálgica y desarmante. Además, recoge la sapiencia artesanal para fabricar un tema pop de los Beatles pero con su aura propia, ligeramente moderna. ¡Tampoco vamos a pedir más ni nos vamos a quejar! Es un regalo.Y 'Now and Then', o sea 'Ahora y Entonces', de The Quarry Men a la IA, y ese puente común para crear pop, melodía en variaciones excitantes, canto gregoriano en pastillas aceleradas, a una de las últimas canciones de Rosalía, 'New Woman', su colaboración con Lisa, la k-poper, en donde hacen un Somos la Herencia, como el nombre del grupo español, a pesar de ser el epítome de la modernidad porque los fraseos de la surcoreana son hijos de los Beatles y de tantos grupos que en los sesenta llevaron al más allá la fórmula de la Coca-Cola de la melodía, esto es oscilaciones de rango tonal, accesibilidad y que todo sea innovadoramente mágico. Aunque aquí las divas vayan a la carrera y Rosalía añada la palabra 'puta' y un arabesco flamenco final para salvar su rapeo de la inanidad, Macca estaría orgulloso. Y ellas, ni te cuento.

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