Adiós a cuatro años de pasión de Carlos Sainz por Ferrari

justyn79

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En plena pandemia, en el peor tramo del Covid que asolaba a la población mundial, sin vacunas y con una visión catastrofista de la vida en el planeta, había una persona muy feliz en medio de tanta desolación. «El tema se está calentando», decía Carlos Sainz (Madrid, 30 años) a sus allegados, en vista de las negociaciones que mantenía su padre, el famoso piloto de rallys, y su primo y mánager, Carlos Oñoro. El 14 de mayo de 2020 se hizo oficial la noticia: Ferrari fichó a Carlos Sainz para sustituir en 2021 a Sebastian Vettel, quien, viejo y cansado, se desplazó a una escudería que daría que hablar, Aston Martin. Cuatro temporadas después, Sainz se va de Ferrari. Este domingo en Abu Dabi competirá por última vez vestido de rojo.Sainz heredó de su padre la tenacidad laboral. Abnegado y constante, el piloto nacido en Madrid quiso involucrarse en Ferrari hasta la médula desde el primer día. De la misma manera que actuó cuando corría para McLaren y se instaló en una casa al sur de Londres, cerca de Heathrow, para ir cada día a la fábrica de Woking, Sainz se mudó a una vivienda próxima a Módena (centro de Italia) que le permitía vivir casi al minuto las jornadas de trabajo en Maranello, la histórica sede de Ferrari en el pequeño pueblo de la Emilia Romagna.Noticias relacionadas estandar Si Ecclestone vende la más impresionante colección de coches de F1 de la historia por 600 millones A. L. Menéndez estandar Si fórmula 1 | GP qatar Bronca y puntos para Alonso: «Es increíble, llevamos dos años con el mismo problema» José Carlos CarabiasEsta no es la práctica habitual de los pilotos. Una amplia mayoría habita en Mónaco por la baja fiscalidad y la facilidad para desplazarse desde los cercanos aeropuertos de Niza o Marsella. Es eso o bien vivir en su país de origen, pero no suele darse el caso de pilotos que se trasladen a las factorías de los equipos.A Sainz le gustó esta política de vida desde que fichó por McLaren en 2019. Entiende el piloto que la mejor manera de controlar los procesos y las evoluciones de los coches es residir en la sede, acudir a las reuniones, motivar a los empleados y hacer horas de simulador.Carlos Sainz no es una persona de reacciones explosivas, ni de flujos volcánicos, ni de soluciones extremas. Va a ritmo, sólido y perseverante. Por eso tardó en adaptarse al Ferrari en la primera temporada, la peor de sus cuatro campañas: ninguna victoria, cuatro podios, 164 puntos. Y siempre un aura inquietante en torno a él. Nadie lo decía, pero parecía el piloto número 2 de Ferrari, para los tifossi, la prensa italiana y a veces la propia escudería. Leclerc, que lleva seis años en la casa roja, siempre ha parecido el favorito de los jefes.Sainz intentó revertir los principios de la F1, según los cuales el compañero de equipo es el primer enemigo. Lo consiguió en McLaren al convertirse en íntimo amigo de Lando Norris, pero no en Ferrari. Con Leclerc nunca ha tenido la misma química. «No hay mejor sentimiento que ser piloto de Fórmula 1 en Ferrari», expresó esta semana Sainz en Abu Dabi. Con Mattia Binotto, el jefe de equipo que lo fichó, el madrileño mantuvo una relación de confianza, pese a que siempre estaba la nube de Leclerc como niño bonito. En 2022, el español logró su primer triunfo de rojo (Silverstone) y mejoró sus números: 3 poles, 9 podios, 246 puntos.El despido de Binotto y la llegada del francés Fred Vasseur a la dirección del 'cavallino rampante' sembró de dudas al clan Sainz por el pasado que enlazaba a Leclerc con el dirigente galo. En 2023 Sainz ofreció un buen nivel: 1 victoria, 2 poles, 3 podios, 200 puntos.Comer para no ser comidoPero en enero de 2024 comprobó en su piel la crueldad de un deporte sin sentimientos. En una maniobra conjunta de John Elkann (presidente de la multinacional Ferrari) y Fred Vasseur (jefe del equipo de F1) se gestó el fichaje de Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial. Y Sainz se quedó en la calle.Lejos de armar un alboroto o responder diente por diente a su todavía escudería, Sainz eligió su camino: prudencia, educación, buenas maneras, chico tranquilo… En un mundo de tiburones como es la F1, donde los pilotos asumen como norma de vida el juego de las damas ( «comer para no ser comido» ), el madrileño solo pudo contener la sangre de la cuchillada.«A Fred Vasseur, John Elkann y todos los que estaban involucrados en esa decisión, les llamé y les expresé mis sentimientos. Les dije lo que pensaba realmente, nunca me echo atrás con esas cosas», argumentó Sainz esta semana. Pero le salió la buena persona que lleva dentro: «Al mismo tiempo les dije que lo entendía (el fichaje de Hamilton). Es siete veces campeón del mundo. No voy a decir aquí lo que les dije, probablemente no lo diga nunca, y les comenté que lo iba a dar todo por Ferrari».El 2024 de Sainz, sabiendo que no iba a seguir en Ferrari, es magnífico: 2 victorias, 1 pole, 8 podios y 272 puntos a falta de una carrera. El madrileño llega al final de trayecto, cuatro años estupendos en Ferrari en los que ha mostrado lo que es: un piloto rapidísimo y fiable, al que tal vez le falte el instinto asesino de otros. En Williams, su próximo destino, tiene la misión de revitalizar a una marca sin lustre en los últimos años.

 

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