La sabiduría popular a veces encierra grandes enseñanzas, pero también mitos que se perpetúan por sesgos como el de confirmación, como los que nos llevan a pensar que siempre llueve después de lavar el coche; esos sesgos lastraban los métodos tradicionales de predicción del tiempo. Y cuando el tiempo viene gélido, nunca falta el clásico consejo: “Abrígate, que te vas a resfriar”. Todavía hoy es muy frecuente achacar un resfriado o una gripe a haber salido de casa con poca ropa de abrigo. Pero, ¿es así? ¿Tiene algo que ver el pasar frío con nuestras enfermedades típicas del invierno?
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