ochamplin
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Esther García tiene 21 años y está terminando sus estudios de Logopedia. Lucía Torres tiene 22 y acaba de terminar Ingeniería y Gestión Empresarial. Las dos son compañeras de piso y viven en Valencia. Como compañeras están habituadas a compartir sus vivencias y sentires. Así que de la manera más natural Esther le contó a Lucía que hace ocho años su padre tuvo un ictus que le dejó afasia como secuela.
“Yo le comentaba la situación de mi padre y también que estaba estudiando la afasia en la carrera”, dice Esther. “Y mi cerebro de ingeniera pensaba esto tiene que tener una solución”, sigue Lucía.
En febrero comenzaron a dar forma a Palabrería, una aplicación móvil que funciona desde septiembre.
En el caso del padre de Esther, él sabe lo que quiere decir pero no es capaz de ponerlo en palabras. “Tiene dificultad de expresión del lenguaje y ha tenido muy poca recuperación en este tiempo”, cuenta Esther.
El padre de Esther se comunica con su familia diciendo palabras sueltas, señalando lo que quiere, haciendo gestos y buscando fotos en el móvil. “Al final también hablamos por él cuando lo acompañamos a sitios como el banco o la farmacia”, explica Esther. “No me gustaría que esto sonara mal, pero yo sentía que una comunicación así no era digna para una persona adulta. Antes del ictus mi padre podía hacer muchísimas cosas y ahora no puede discutir, darme consejos o contarme un chiste. Cuando el ser humano está hecho para relacionarse. Siempre le explico a la gente que relacionarse con él es como jugar al Pictionary todo el día y al adivina adivinanza”.
Así nació Palabrería, un facilitador de la comunicación para personas con trastornos del lenguaje. De momento está especialmente pensado para la afasia, pero también puede servir para personas con disartria y apraxia.
Palabrería utiliza inteligencia artificial generativa. La herramienta convierte una palabra, escrita o dicha en audio, en una frase completa que se ajusta al contexto de la persona con afasia. Al usuario le aparecen varias frases que puede utilizar y elige la que más se adapta a lo que quiere decir. Esta frase la puede leer (caso de que su afasia se lo permita) o la propia aplicación la reproduce en audio. “Nuestro deseo es devolver la independencia comunicativa a quienes la han perdido”, apunta Lucía. La elección de inteligencia artificial generativa es para que la aplicación se adapte a cada persona. La inteligencia artificial permite elaborar frases personalizadas a partir de la información que proporciona el usuario.
“Como no entendía nada de este mundo, yo lo veo de una forma muy básica: pensaba en la afasia como en tener un nivel muy bajo de un idioma. Si mi padre va con ese nivel tan bajo de inglés al extranjero, yo le voy a tener que hacer de intérprete. Eso es Palabrería, una herramienta que llevas en el bolsillo y te hace de intérprete”.
Cada persona con afasia es un mundo. La del padre de Esther no tiene nada que ver con otros muchos tipos de afasia. Por eso para el desarrollo de Palabrería Lucía y Esther han hablado con distintas asociaciones, profesionales y también con algunas personas con afasia para conocer sus necesidades. “Estamos intentando que Palabrería se adapte a los distintos tipos de afasia, pero todavía nos queda camino por recorrer”, cuenta Lucía. Usuarios, asociaciones y profesionales les cuentan sus realidades y necesidades. “Nuestro objetivo es llegar al máximo de personas para que se puedan comunicar”, cuenta Esther.
Por el momento todos los implicados les están ofreciendo una respuesta muy positiva. “Hay interés en una herramienta como esta”, cuenta Lucía. “En las asociaciones están muy contentos”.
El deseo de las fundadoras es que Palabrería se convierta en un complemento de la rehabilitación de todas las personas con afasia. “Palabrería te obliga a crear lenguaje, aunque sea solo una palabra. Te estimula la expresión. Las personas con afasia necesitan una rehabilitación constante y pensamos que Palabrería puede ser muy útil”, explica Esther.
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